miércoles, 27 de octubre de 2010

SAMHAIN, EL AÑO NUEVO CELTA.


El 1 de noviembre todo el mundo se acuerda de sus familiares muertos y acude a los cementerios a ponerles flores, mientras la víspera los niños se disfrazan y piden dulces por el vecindario, mientras las casas se decoran con calabazas vacías iluminadas por dentro. Sin duda este es uno de los mejores ejemplos de tradiciones de ida y vuelta: la festividad de las ánimas de origen celta, presente en prácticamente toda Europa, viajó a América de la mano de las sucesivas diásporas europeas y hoy retorna al viejo continente envuelta en el consumo y el terror cinematográfico que caracterizan a la sociedad norteamericana. El Halloween que nos venden en la actualidad desde Estados Unidos es en realidad la vieja fiesta celta de Samhain (pronúnciese ‘sawen’ o algo así) pero debidamente maquillada por el marketing consumista de nuestro tiempo.

Para los celtas, que sólo distinguían entre dos estaciones (verano e invierno), Samhain (que significa etimológicamente ‘el final del verano’) representaba el comienzo del invierno. Se acababa el tiempo de las cosechas y a partir de entonces los días iban a ser más cortos y las noches más largas. Por eso, los celtas celebraban importantes festivales para dar la bienvenida al Año Nuevo. Al anochecer de cada 31 de octubre (ya 1 de noviembre para los celtas, pues el nuevo día arrancaba con la puesta del sol), la costumbre era dejar comida y dulces fuera de sus casas y encender velas para ayudar a las almas de los muertos a encontrar el camino hacia la luz y el descanso junto al dios Sol, en las Tierras del Verano. En la noche de Samhain los vivos y los muertos podían comunicarse. Las barreras que los separaban desaparecían en aquel momento mágico. Lo bueno era que los espíritus de los antepasados podían aconsejar a los vivos sobre el futuro, pero lo malo era que también se convocaban a los espíritus maléficos. Por eso, los druidas ordenaban encender hogueras para ahuyentar a estos últimos.

Con la romanización de los pueblos celtas (y la evangelización de los nunca romanizados, como Irlanda), la religión de los druidas llegó a desaparecer, pero el primitivo ‘Samhain’ pudo sobrevivir al paso del tiempo conservando gran parte de su espíritu y algunos de sus ritos. Con el Cristianismo, esta vigilia pasó a llamarse ‘de Todos los Santos’ (en inglés, “All Hallow´s Eve”, de donde va a derivar la expresión actual ‘Hallowe’en’).

En el Halloween moderno se ha mantenido la vieja tradición de dejar comida para los muertos, hoy representada en los niños que, disfrazados, van de casa en casa, pidiendo dulces, con la frase ‘trick or treat’ (trato o truco). Parece ser que los druidas celtas recogían alimentos por las casas para realizar ofrendas a la divinidad (se habla también de posibles sacrificios humanos) y que llevaban consigo una gran calabaza con carbones encendidos dentro, representando al espíritu que les daba poder. A finales del siglo XIX, los irlandeses introdujeron esta fiesta en América y bautizaron a la calabaza como “Jack el que vive en la lámpara” o, como se conoce actualmente, “Jack O’Lantern”.

Hoy Halloween es una fiesta internacional, que carece de todo sentido religioso y cuyo origen es ignorado por la mayoría. Nada tiene que ver ya con los rituales de los druidas ni con los pueblos celtas que dominaron la mayor parte del oeste y centro de Europa durante el primer milenio a.C. Se trata sólo de una excusa más para el negocio, el consumo o la industria del cine.

Sin embargo, en Irlanda se conserva la referencia de Samhain: no sólo es el nombre en gaélico irlandés del mes de noviembre, sino que todavía hoy durante la noche de Samhain se prenden grandes hogueras en las que el vecindario arroja los trastos viejos que acumula en sus casas. Esa es la forma actual en la que los irlandeses reciben el año nuevo celta.

Oíche Shamhna shona!
Que pases una buena noche de Samhain.


Articulo cedido por Innisfree. Un blog sobre Irlanda, de Chesús Yuste.

http://innisfree1916.wordpress.com/





sábado, 23 de octubre de 2010

Una canción para el Samaín. Loreena McKennitt - All Souls Night





Letra Original.


Bonfires dot the rolling hills
Figures dance around and around
To drums that pulse out echoes of darkness
Moving to the pagan sound.


Somewhere in a hidden memory
Images float before my eyes
Of fragrant nights of straw and of bonfires
And dancing till the next sunrise.


I can see lights in the distance
Trembling in the dark cloak of night
Candles and lanterns are dancing, dancing
A waltz on All Souls Night.


Figures of cornstalks bend in the shadows
Held up tall as the flames leap high
The green knight holds the holly bush
To mark where the old year passes by.


Bonfires dot the rolling hillsides
Figures dance around and around
To drums that pulse out echoes of darkness
And moving to the pagan sound.


Standing on the bridge that crosses
The river that goes out to the sea
The wind is full of a thousand voices
They pass by the bridge and me.


I can see lights in the distance
Trembling in the dark cloak of night
Candles and lanterns are dancing, dancing
A waltz on All Souls Night.


Figures of cornstalks bend in the shadows
Held up tall as the flames leap high
The green knight holds the holly bush
To mark where the old year passes by.


Texto en castellano.


Hogueras de las laderas rodeando,
Las figuras de la danza alrededor y alrededor,
Con los tambores que a pulso hacen eco en la oscuridad.
Del movimiento con el sonido pagano.


En algún lugar de la oculta memoria,
Las imágenes flotan ante mis ojos.
Con las fragantes noches de paja y hogueras,
Bailando hasta el siguiente amanecer.


Puedo ver las luces a distancia,
El temblor en el manto oscuro de la noche,
Las velas y los faroles están bailando, bailando,
Un vals durante toda la noche de las almas.


Las figuras de los tallos de maíz aparecen en las sombras,
Elevando alto como las llamas saltando alto,
El caballero verde posee el acebo,
Para marcar el año viejo que pasa. (x2)


Hogueras de las laderas rodeando,
Las figuras de la danza alrededor y alrededor,
Con los tambores que a pulso hacen eco en la oscuridad.
Del movimiento con el sonido pagano.


Permanentemente sobre el puente que cruza,
El río que fluye hacia el mar,
El viento está lleno de miles de voces,
Que pasan entre el puente y yo.


Puedo ver las luces a distancia,
El temblor en el manto oscuro de la noche,
Las velas y los faroles están bailando, bailando,
Un vals durante toda la noche de las almas.


Las figuras de los tallos de maíz aparecen en las sombras,
Elevando alto como las llamas saltando alto,
El caballero verde posee el acebo,
Para marcar el año viejo que pasa. (x2)

miércoles, 13 de octubre de 2010

CAMPAMENTO IDENTITARIO, DIAS 2 Y 3 DE OCTUBRE


Los días 2 y 3 de octubre tuvo lugar este primer campamento identitario en el que se han dado cita y han colaborado diversas agrupaciones del ámbito territorial de la Comunidad Valenciana, tales como la Asociación Pensamiento y Acción Ecologista (PAE), Asociación Cultural Tierra y Pueblo, miembros de Zona Cero (Castellón), Editorial Camzo, así como demás compañeros que a titulo personal han contribuido en la organización y el desarrollo de estas jornadas.

Han participado en total sobre una treintena de personas, contando que algunos asistían con su pareja y niños, ya que se ha pretendido crear un ambiente de comunidad popular, abriéndonos a la participación de todas las edades. Este evento no es más que el comienzo de un sinfín de actividades a desarrollar por nuestra comunidad popular identitaria.

En un paraje cercano a la localidad de Moixent, se instaló el campamento. En la primera jornada siguiendo con la programación de actividades, y después de recibir a los asistentes, se inició un ascenso en ruta de senderismo hacia la cumbre donde se hallan las ruinas del castillo de la localidad de Vallada.

Posteriormente algunos decidieron prolongar la ruta, y prosiguieron hasta alcanzar el conocido peñón del águila, desde donde disfrutamos de unas magníficas vistas del interior de la comarca valenciana de la Costera.

En la bajada de la montaña nos desviamos para visitar la “sima del sumidero”, considerada una de las cavidades mas profundas del planeta, y a la que accedimos mínimamente hasta donde pudimos. Finalizamos la ruta de senderismo regresando para comer en los merenderos de la ermita de Vallada.

Por la tarde realizamos una visita guiada por los organizadores al castillo de Montesa, sede de la orden de caballería homónima, heredera de la Orden del Temple.

Tras estas actividades se procedió a establecer el campamento en un paraje cercano al yacimiento ibero de La Bastida de les Alcusses.

Ya entrada la noche tuvo lugar una magnifica cena de hermandad entre todos los asistentes. Tras la cena y como colofón a una jornada repleta de actividades nos amenizo el representante de la editorial CAMZO con una presentación de los últimos títulos publicados.

Al día siguiente, a primera hora de la mañana, los más pequeños se dedicaron a recrear a través de juegos y actividades un pequeño campamento vikingo. Incluida una sesión de tiro con arco organizada por los camaradas de Zona Cero.

A continuación iniciamos una ascensión a la montaña para dirigirnos a visitar el yacimiento arqueológico de la Bastida. Tras una marcha que se prolongo unos 7 u 8 kilómetros más de lo que habíamos pensado, los más valientes llegaron al punto convenido, donde un guía local les introdujo en la historia, usos y costumbres de nuestros antepasados íberos.

Finalmente concluimos las jornadas con una comida típica (paella) despidiéndonos hasta la próxima.
Desde estas líneas animamos a todos los colectivos Identitarios a colaborar entre nosotros y participar de todas las actividades que realicen estos grupos para formar una verdadera comunidad popular.

Si hay Voluntad hay un Camino.

En la cima del Peñon del Aguila.

Entrando en el castillo de Montesa.

Charla informativa en el interior del castillo.

Los mas pequeños en la sala capitular del castillo.

El campamento una vez instalado.

Organizando juegos para nuestros pequeños barbaros.

Subiendo hacia la montaña.

En ruta hacia la Bastida de les Alcusses.

El yacimiento arqueologico del poblado de les Alcusses.


jueves, 7 de octubre de 2010

Blog Montaña y Tradición



Es la hora de las alturas solares y de la gran soledad.

Después de estas largas horas, en las cuales una voluntad tenaz se ha impuesto a la fatiga, a la inercia, al oscuro miedo del cuerpo, no sólo se desvanece como el sueño vano el recuerdo de todos los afanes y trabajos de la llanura, sino que también se realiza un sentido cambiado de sí mismo, se percibe la imposibilidad de definirse a uno mismo como algo rígido, cerrado y efímero, como lo que, en el fondo, para unos pocos, es el «yo»". (Julius Evola, Meditaciones de las cumbres).

 

http://meditacionesdelascumbres.blogspot.com/

 

Colabora, cuenta tu experiencia en la montaña, escribe tus sensaciones, mándanos el artículo o el capítulo de un libro, que en su día te impresionó. Y sobretodo practica el excursionismo y el alpinismo con nosotros.




viernes, 1 de octubre de 2010

EL VIAJE




Nunca en la historia de la humanidad se ha conocido el constante trajín actual de individuos que sola o colectivamente se ha desplazado voluntariamente por el medio geográfico.

A lo largo de los tiempos hemos visto que a causa de cambios climáticos, guerras, hambrunas, catástrofes naturales, etc. Grupos humanos han sido impelidos a trasladarse en busca de horizontes que asegurasen su subsistencia, todos ellos lo hacían pues de una manera forzosa.

Estos apuntes van dirigidos a realizar un breve análisis de la forma actual de entender el viaje y como, modestamente, entendemos podríamos darle una perspectiva diferente.

Desde el principio de nuestra creación estamos moviéndonos continuamente, viajando, el viaje de la concepción, el viaje del nacimiento, a través de la vida, más allá de la muerte. El movimiento es una fuerza natural de la vida, un instinto básico, necesitamos movernos, explorar, satisfacer nuestra curiosidad, requerimos el estímulo y la inspiración que proporciona el viaje.

Ya de niños alimentamos nuestras aspiraciones de viajar, a través de la literatura o del cine, lugares misteriosos y lejanos cautivan nuestra mente, viajamos con nuestra cabeza y nuestro corazón antes de conocer el lugar soñado físicamente y así poder vivir lo imaginado.

Viajamos por muchos motivos, para escapar del tedio cotidiano, para descansar, por prestigio social, para hacer negocios, para conocer gente, para aprender un idioma, porque lo hacen todos.... pero también lo hacemos para buscar el verdadero sentido de la aventura, para reflexionar, para cumplir con un peregrinaje religioso o espiritual, para descubrir nuestras raíces, para escalar una montaña, para tener la sensación de dirección, para probarnos....

Entonces nos libramos de todas las razones para no ir. Dinero. Familia. Trabajo. Carrera. Obligaciones y responsabilidades, ya no vale poner excusas, el impulso de nuestra inminente partida se intensifica y nos rendimos ante la frontera buscada, viajamos hacía nuestras posibilidades, hacía nuestras potencialidades, abandonamos lo cotidiano, vamos allí donde nos conmovemos más profundamente; el océano, el desierto, las montañas, el camino.

Es entonces cuando nos inspeccionamos, nos cuestionamos, miramos nuestro interior después de mirar hacía el exterior y así descubrimos la fortaleza, la belleza, la alegría, la perspectiva, porque hemos cambiado sin saberlo nuestra forma de pensar, hemos confrontado nuestros valores y creencias y reconsideramos ciertas opiniones antes inamovibles.

Solos o con amigos, llamémonos como nos llamemos, somos viajeros, aventureros, turistas, veraneantes, mochileros, vagamundos, peregrinos...

Así pues, consideramos en principio todo viaje de un modo positivo, pero pensamos que se puede cambiar el horizonte del mismo más allá del modo imperante, en su mayoría, de casi todas las formas masivas de viaje dirigidas por un sistema al que lo único que le interesa es el beneficio económico y la alienación del individuo. Por tanto frente al viaje de corte consumista y ocioso se debería buscar aquel que aporte beneficios tangibles al viajero ya sean espirituales o formativos.

Frente a los paquetes turísticos de los hoy en día eufemísticamente llamados Parques Temáticos (ayer meramente parques de atracciones) donde nuestros hijos se van a ver inmersos en un mundo irreal y de pastel, debemos reivindicar para ellos la pertenencia a los todavía existentes grupos escultistas o meramente excursionistas donde van a conocer la integración en el grupo y la naturaleza de una manera real y directa.

Frente a los paquetes multiaventuras y de deportes de riesgo que nos conducen a un frenesí, a veces peligroso y de excitación que conlleva una actuación en lo espiritual de carácter descendente reivindicar la conquista de la montaña o la mera contemplación de la naturaleza que nos abre un camino de sacrificio y verticalidad espiritual.

Frente al abúlico sistema de sol y playa que nos abandona a un estado perezoso de merendero, tumbona y siesta reivindicamos el interés activo en la zona visitada, llegando a conocer a sus habitantes, paisaje, cultura e historia.

Frente a viajes maratonianos a puntos exóticos del planeta donde eres estabulado en un paraíso perdido y siempre controlado para que el entorno no té “choque” demasiado reivindicamos el viaje por nuestra patria, Europa, y no solo a sus capitales turísticas sino a sus pueblos, regiones, gentes que nos lleven a conocer nuestras raíces y nuestro destino común.

Y así podríamos seguir con otros diversos sistemas de viaje con los que en la actualidad el sistema controla nuestro ocio para dejarnos al finalizar el viaje espiritualmente estériles y el bolsillo vacío.

Busquemos pues otro tipo de viaje, aquel que revele aspectos desconocidos de nuestro carácter, nuestro coraje, nuestra perseverancia y así ver como nos transformamos, nos fuimos con curiosidad, dudas y temor y volvemos con audacia, valentía y sabiduría.

Quitémonos los residuos de pereza mental que nos ahogan, esforcémonos en enseñarnos a ver y no nos conformemos con solo mirar y así podremos decir que hemos visto más de lo que recordamos y recordamos más de lo que hemos visto.



La vida que no se examina, no vale la pena ser vivida

Platón